jueves, 30 de abril de 2009

ROSANA ORDOÑEZ - LAS TRES PALABRAS DE MODA

¿Cuáles son las tres palabras más utilizadas en nuestro idioma?. ¿Patria socialismo o muerte)? Paz, democracia y libertad? No, las tres palabras que usted escucha en el Metro, en las ¿universidades y hasta en los pasillos de las iglesias son: Marico, huevón y arrechera. A eso nos lleva la degradación constante del venezolano, por eso vale la pena rescatar la concordia, la belleza, la fuerza y expresividad de nuestro idioma.

En estos tiempos confusos muchos se han ido, como narraba el gran poeta Andrés Eloy: Estoy pensando en exiliarme, en marcharme lejos de aquí. Imaginaba que sus nietos dirían: El abuelo era un exiliado, el abuelo era un infeliz ,el abuelo no tuvo Patria, no tuvo Patria y ellos sí. Muchos preferimos quedarnos ¿qué nos retiene? 

Tal vez la edad, o la sequedad de nuestros bolsillos, el verde del Ávila y alguna guacamaya que vuela por los aires. Y a pesar de la mediocridad reinante, la fatuidad y una chabacanería que se inhala como los malos olores decembrinos del Guaire, y el tormento al escuchar las tres horribles palabrejas que por respeto a mi misma y a los lectores no quiero repetir , nuestro espíritu libertario nos retiene e incita a la lucha.

¿Para qué sirve un poeta en tiempos decadentes? Pensaba, y recordé una anécdota leída en alguna parte, de un judío que se llevó una servilleta bordada a un campo de concentración. Cada día, cuando comía el repugnante almuerzo, sacaba su servilleta ingería el menjurge que le daban, esa servilleta lo conectaba con su esencia, y mantenía viva su dignidad.

¿Puede algún gobierno, dictador, partido, o patán de turno arrancarnos nuestra esencia, cercenar nuestra libertad? Claro que puede, y nuestro deber es luchar cada día para evitarlo, ¿Cómo? Ejerciendo la resistencia activa y permanente como un estilo de vida. Comenzando por nosotros mismo, resguardando en nuestros hogares los libros, las costumbres y los valores de respeto, amor y decencia que nos inculcaron nuestros antepasados.

El mundo anda tan torcido que nos incitan a avergonzarnos de los muebles que entraron uno a uno a los hogares de nuestros padres, de sus desvelos porque fuésemos mejores y más formados y educados que ellos, de los sacrificios que hemos hecho por sacar adelante a nuestros hijos. 

Ahora el más patán, y el que tenga la boca más sucia, que ni con creolina en la lengua puede limpiar el cerebro . Esos son los mal llamados pueblo, y yo me pregunto: ¿ acaso el pueble pobre y decente de Venezuela es eso que nos pretenden mostrar como tal? Eso no es lo que he visto, sino mujeres que saben coser y cocinar dulces en fogones, hombres que tejen redes y reparan las casas, gente que se congrega para honrar a Dios. Como escribe el poeta:

La Libertad se conquista en la calle
Libertad se conquista en un rincón de la calle . 
La Libertad activa se ejerce en palabras
Libertad pasiva en oculto pensar
Recuerdo otra anécdota sobre un preso a quienes desnudaban cada noche y sometían los cancerberos a toda clase de humillaciones, mientras él imaginaba que su espíritu se evaporaba tras las rejas, como guardián de libertad.

Libertad de decir lo que se dice
de estarse a diario en el papel,
Libertad de muchos en manos de ninguno 
Libertad la mía que no sabe hacia dónde va.

En los tiempos duros y en los de amor resurgen los poetas. Por eso amigos, sólo participando en redes de libertad, en nuestras casas, en encuentros con amigos, en reuniones de condominio, de vecinos, de escuelas , universidades y empresas podemos preservar la libertad que se escatima, o como dice el poeta Miguel Hernández

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo. 
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
Porque aún tengo la vida.

La libertad es, en la filosofía, la razón; en el arte, la inspiración; en la política, el derecho, señala
Víctor Hugo 

¿Cuál derechos? Me pregunto, al recordar las atrocidades de los últimos tiempos.

La libertad es un derecho imprescindible del hombre; es una conquista deseable, pero difícil, que hay que volver a conseguir cada día, insiste André Maurois.

La poesía es el mejor camino a la Libertad y los encuentros entre amigos sirven para consolidarla.

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