miércoles, 13 de mayo de 2009

RÓMULO LARES - SOBRE SAINT JOHN PERSE

foto / anala 2009


Como sería de esperar del “acuse de recibo” de la máxima distinción intelectual de la cultura occidental, las dos cuartillas y media del texto del discurso del poeta Perse son de literatura pura, para que la poesía como expresión del pensamiento desinteresado exprese, ella misma, y sobre todo justifique el homenaje.

Expresa claramente otros conceptos prácticos menores como la relación directa que habría entre lo que referiríamos como la capacidad de síntesis y la calidad de un discurso, como cuando se le atribuye a Sir Winston Churchill (1874-1955) (Nobel de Literatura 1953) haber dicho, que lo difícil no era expresar una idea en mil páginas sino la misma en una página. Tampoco es Trivial la expresión usada para describir la grandeza de lo pítico, que no es sólo un juego físico, porque exige otros atributos del humano, en el ámbito mental y espiritual, como lo expresa el texto y la imagen de un afiche de los años setenta (70), en El que al pie de una fotografía del rey “Pelé”, ejecutando la pose de la denominada “chilena”, que mostraba tanto la pose de ballet o del atleta como los detalles del cuerpo, tal escultura del maestro Miguel Ángel, iniciando la ejecución perfecta de uno de sus grandes goles. El texto: “Difícil no es hacer mil goles como Pelé sino hacer un gol como Pelé”. Es la expresión equivalente del artista en su obra acabada, que se expresa en su tiempo exacto.

Hablando la poesía, nos deja conceptos fundamentales para la creación de instrumentos útiles para la investigación social. Las categorías del sabio y del poeta, equivalentes a la ciencia y al arte, sólo son separadas por el lindero de la utilidad material, pero reconocidas como equivalentes en cuanto al objeto de la investigación.

Aunque reconociendo que sería una osadía interferir en tal aceptación, estimo que existirán en el futuro espacios para la poesía, en los que aparecerán progresivamente aplicaciones prácticas, que utilizando también el criterio de Perse, que tampoco necesariamente comparto, la hermanarían con la ciencia, en cuanto a hacerla también víctima de las servidumbres materiales. ¿No lo habrán sido y lo serán, cuando permiten su uso como instrumentos para la manipulación de la opinión pública, industrializada de nuestro tiempo?

Pero no estoy de acuerdo desde ahora, porque precisamente su deslastre de la servidumbre material la habrá perdido de más de un espíritu superior que se hubiese dedicado a ella, que por las circunstancias relacionadas con sus limitaciones para la aplicación práctica, habrá tomado el camino de la ciencia, pero no serán la mayoría porque para ejercer ambos campos, se requiere de una buena dosis de vocación. En nuestra cultura positivista venezolana, tiene arraigo la consigna que como estandarte exhibía el Colegio de Ingenieros de Venezuela en los años setenta, firmada por Simón Bolívar, que expresaba: “El verdadero fin de la vida no es el conocimiento sino la acción”.

Lo que podríamos inferir y postular, es que deberíamos estimular tanto para el desarrollo de la poesía como para el de la ciencia, la necesidad de explorar la doble vía de hacer ciencia desde la poesía, y de hacer poesía desde la ciencia. A cincuenta años de este discurso, no parece que esta tesis haya sido considerada y menos aún estimulada.

La afirmación según la cual, la poesía consideraría el drama de la ciencia moderna al descubrir sus límites racionales en lo absoluto matemático, estimo que podría estar equivocada, en el sentido de que no hay tal absoluto matemático. En su ejemplo, en la física, han sido planteados dos principios: el general de la relatividad y el “cuántico” de incertidumbre e indeterminismo, los que precisamente llevaron al gran sintetizador de la “ecuación del universo”, Albert Einstein, a invocar la “intuición”, porque no sería cierto que aquel último principio “limitaría para siempre la exactitud misma de las medidas físicas”.

La comprensión de este concepto requiere aceptar que existen diversos “mundos” que coexisten al mismo tiempo; en consecuencia, existen leyes que aplicadas y comprobadas a uno o varios de esos mundos, no podrían aplicarse y comprobarse en otro. Sin embargo, las medidas de la física aplicando las leyes para cada mundo serían exactas. No es científico, porque no es lógico, que aceptemos como definitiva, la posibilidad de la existencia aplicable y comprobable de una ley universal única, que explique el universo, mientras que sí parecería lógica la existencia de “leyes universales únicas”, para explicar estos fenómenos identificados como “universales” en cada mundo determinado.

La intuición como complemento de que la “imaginación es el verdadero terreno de la germinación científica”, es la que precisamente nos precisa que deben existir varios mundos, varios planos, varios espacios, varios tiempos “simultáneos”, pero hasta ahora un elemento común aceptado como universal: una energía. Que de hecho ya existen millones de mundos, porque existen tantos como cada mente de cada ser humano, sin entrar a la consideración del carácter infinito del universo. En consecuencia, deberíamos considerar tan legítimo el “instrumento poético” como el “instrumento lógico”.

Esto queda muy bien descrito en la expresión: La poesía es un instrumento que nos permitiría descifrar el fenómeno de la “expansión en el infinito moral del hombre”.

La poesía y no la filosofía como “hija del asombro” sería un egocentrismo válido de la poesía al justificar su homenaje. La creación, en todo caso, sería la verdadera hija legítima del asombro. La creación científica como la creación poética. Pero el misterio de la creación referido a Iris, hija del asombro, el arco espectral de la época, el arco iris de hoy, ejerció su fascinación en la mente del hombre y ha sido fuente de asombro, mito y superstición y lleno de implicaciones para el estudio de la luz. Desde marcar la transición de una edad de creciente iniquidad hasta la nuestra, de los semitas del Cercano Oriente hasta la Génesis, cuando ingresa en nuestra tradición cultural del Occidente.

Como nos expresa el profesor Arthur Zajonc (1949-USA) en “Atrapando la luz. Historia de la luz y de la mente”. El asombro que sienten Hopkins (Gerard Manley Hopkins, 1844-1889. Inglés, poeta, sacerdote jesuita) y Homero (S VII AC) y que ellos convierten en poesía, es la raíz de la filosofía y la base de la ciencia. Por citar nuevamente a Platón: “Este asombro es la marca del filósofo. La filosofía no tiene otro origen, y era buen genealogista quien hizo a Iris hija de Taunus”. La genealogía de la mentalidad occidental abarca desde el asombro humano ante el arco iris hacia el ocaso de los dioses, su destrucción, “al final de la alianza entre Yahvé y la humanidad”.

En el caso de la investigación social, ha sido, por ejemplo, expuesta la incidencia de la poesía en el desarrollo del derecho, como lo muestra en su investigación el Profesor José de Jesús Ledesma de las universidades: Autónoma de México-UNAM e INTERAMERICANA: “El hombre intuye la magnitud de su propio misterio, de ello nos escribía magistralmente Agustín de Hipona” (227-393 D.C.). Tomado de “La irrupción del concepto de poesía en el pensamiento occidental y su itinerario hacia el Derecho”.

Pero, ¿cuál será el mensaje de Perse, cuando nos señala este sendero? Porque la aparición del arco iris ante Noé selló la alianza establecida entre Yahvé y “toda carne que habite sobre la tierra”. Nunca más habrá destrucción del mundo mediante el diluvio, “nunca más la humanidad inicua será destruida por las aguas”, o por las bombas atómicas, o por los virus naturales o de laboratorio. Así como la visión del arco iris en un cielo penumbroso, puede actuar como reconfortante recordatorio del juramento que Dios hizo al hombre, ya que vivimos precariamente en un mundo gravemente amenazado. Que sólo sería penetrable mediante el instrumento de la poesía.

Retomemos: la poesía es un instrumento que nos permitiría descifrar el fenómeno de la “expansión en el infinito moral del hombre”. Sería la brújula del estratega guiado por esa “jauría cazadora”. ¿Habría que entrar a comprender el “misterio” de la caza del zorro? y, ¿está el poeta sólo “asistido por las fulguraciones de la intuición”?; en ambos casos creo que no. Y de nuevo, si Perse hubiese reescrito la letra de la respuesta a un premio para la música, o pintado la tela de la respuesta de la pintura, o golpeado el mármol de la respuesta de la escultura, serían la música, la pintura y la escultura y no la filosofía, las verdaderas “hijas del asombro”, aunque naturalmente todas tienen aplicaciones prácticas muy bien pagadas, mientras que la poesía sigue siendo pobre. Pero, ¿es que no sería similar, con independencia del nivel de aplicabilidad práctica de cada tipo de creación, siempre y cuando las expresiones hubiesen sido: del músico, del pintor y del escultor, respectivamente?

Como estamos explorando el proceso creativo desde la perspectiva de la propia poseía, sería oportuno intentar alguna clasificación, ¿por qué no la de Neruda?, “la poesía de la pregunta cándida, hija del asombro y de los porqués infantiles”. “La del reencuentro con lo auténtico, que ama la palabra sencilla y atesora lo popular, bajo formas disfrazadas o con fines de cueca, (¿o del joropo?) de ingeniosa resolución”. Y también, la poesía que nos recuerda que la palabra es ante todo signo y que se rebela en significar siempre lo mismo, por lo que puede recobrar vida autónoma, sólo real en el poema, como lo imaginara Vicente Huidobro. Desde 9 años. Libro Infantil: Navegancias – Floridor Pérez. Editorial Zigzag. Colección Delfín de Color.

Compartamos con la misma perspectiva amplia, del acto creativo, cualesquiera que sean las artes y técnicas que se utilicen; de ser o de asumir la condición de “la mala conciencia de su tiempo”. Pero particularmente, en nuestra condición de artesanos de la investigación social, con aspiraciones a la jerarquía de la poesía defendida por la poesía, en nuestro campo. Son elocuentes y directas las expresiones del discurso que siguen: “Poeta es aquel que rompe, para nosotros, la costumbre”. ¿No es esa acaso la aspiración de todo aspirante al arte, a alcanzar la espiritualidad superior?, cuando logra la belleza, sin hacer “de ella su fin ni su único alimento. Negándose a disociar el arte de la vida, y el amor del conocimiento, es acción, es pasión, es poder y es renovación que siempre desplaza los lindes. El amor es su hogar, la insumisión su ley, y su lugar está siempre en la anticipación. Nunca quiere ser ausencia ni rechazo”.

Pero, explorar estas dos cuartillas y media puede llevarnos a recorrer un buen trecho del desarrollo de la Historia de la cultura occidental, y bien podría tomarnos el trabajo intensivo de un seminario, sobrevolar tan solo cada una de las referencias que magistralmente va tejiendo, en prosa, el poeta. La música de esa letra, ¿existe?, ¿la necesita?

Conformémonos con tocar y escuchar la música de sólo alguno de los mensajes: “No es verdad que la vida pueda renegar de sí misma. Nada viviente procede de la nada, ni de nada se enamora. Pero nada guarda forma ni medida bajo el incesante aflujo del Ser…………El verdadero drama del siglo está en la distancia que dejamos crecer entre el hombre temporal y el hombre intemporal. El hombre iluminado sobre una vertiente ¿irá acaso a oscurecerse en la otra? Y su maduración forzada, en una comunidad sin comunión, ¿no será quizá una falsa madurez?...”

Estas últimas frases seleccionadas, explican una hipótesis convincente sobre la promoción de los desequilibrios y sus consecuencias en la sociedad planetaria de fines del Siglo XX y del inicio del Siglo XXI, y la destrucción actual de la vida en el planeta por la acción del hombre, contra la naturaleza y contra sus semejantes.

Entre el hombre temporal y el intemporal, cualquiera que sea su arte, la poesía o la prosa,… “tócale atestiguar entre nosotros la doble vocación del hombre. Y esto es alzar ante el espíritu un espejo más sensible a sus posibilidades espirituales. Es evocar en el siglo mismo (ahora nos tocará evocar en el Siglo XXI) una condición humana más digna del hombre original. Es asociar, en fin, más ampliamente con la circulación de la energía espiritual en el mundo… Frente a la energía nuclear, la lámpara de arcilla del poeta ¿bastará para este fin? –Sí, si de la arcilla se acuerda el hombre.”

“Y ya es bastante para el poeta, ser la mala conciencia de su tiempo.”
Y así será para el hombre que defienda la ética de la inocencia, de la verdad, de la dignidad, del respeto por el otro, por sus ideas, sus creencias, valores elevados a la categoría de derechos organizados jurídicamente mediante el ahora en trance post-moderno, concepto de los derechos humanos, del respeto por la ley, por el Estado de Derecho, que en Venezuela se definió: Estado democrático y social de Derecho y de Justicia-EDSDJ (Art. 2. CRBV99), construido con la participación de todos aquellos interesados en los asuntos públicos, mediante las luchas, montoneras, guerras civiles, los sacrificios y la sangre de todas las generaciones anteriores, con la forja al rojo vivo, con las “lanzas coloras” del hilo de la Historia de nuestra Nación.

Así será para el hombre que luche hoy en Venezuela con todas sus armas, no sólo con la pluma del escritor o del poeta, contra la mentira, la manipulación de los semejantes y de la opinión pública, el irrespeto por los valores de la honestidad, la familia, las creencias y costumbres, es decir contra los pervertidos y los perversos de todos los tiempos y espacios, que osan insistir en sus crímenes y en su representación del Infierno, escondidos tras las máscaras de conceptos e ideologías alquiladas: totalitarismo y tiranía.

Aquellos valores, que tan sólo evaluados a la luz del desempeño de la otrora Fuerzas Armadas Nacionales-FFAANN primero, luego Fuerza Armada Nacional-FAN y ahora milicias armadas, nos confirmarían que aquéllos fueron los valores que se enseñaron, promovieron y aprendieron dentro de las escuelas militares y durante su ejercicio de campo y su integración a la sociedad. Hoy, aparece como un cuerpo desintegrado en el que la mayor aspiración de sus caudillos, nuevo esquema recuperado como característica del Alto Mando Militar-AMM, sería el ocupar un lugar en la galería de los “héroes-tiranos” locales, para participar en el concurso universal de la galería de los fascistas, nacionalsocialistas-nazis del Siglo XX y de los capos y adeptos a la nueva ideología, disfrazada con el control de los medios de comunicación, verdadera “internacional” del crimen organizado transnacional-COT.

El “Caso Venezuela” actual, podría ganar la nominación para el diploma del mejor laboratorio social de la Teoría Crítica norteamericana, de Theodor Adorno (1903-69) y Max Horkheimer (1895-1973) expresada en el ensayo: “Dialéctica de la Ilustración” (1944). Habríamos entonces aceptado de forma pasiva, que los usurpadores de los poderes públicos conduzcan la nación al fantasma del dilema entre: tiranía o guerra, o, tiranía y guerra, copiando los más perversos ejemplos de los regímenes más pervertidos de la historia; del nacionalsocialismo-nazi, para proyectar en el futuro aquella comunidad, la de las comunas del hombre masificado, para quien la libertad ya no es un concepto que sea percibido con claridad como indispensable, gracias a la acción industrializada cultural. ¿Podrá la poesía, como base de la comunicación social revertir esta tendencia?

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